Dormir poco influye directamente en el aumento de peso. Estar descansado segrega ciertas hormonas limitadoras del apetito. Además, según ciertos estudios que he leido "las personas que no duermen bien sufren un aumento del apetito
evaluado en un 24 por ciento, especialmente de alimentos ricos en grasa y
azúcares". Tiene lógica si pensamos que, al estar más cansados, nuestro cuerpo nos pide un exceso de energía para funcionar, lo que nos impulsará a consumir por impulso.
Además debido al estado de cansancio, disminuimos el nivel de actividad física del día, con lo que
su gasto energético es casi nulo, es decir, nos volvemos más sedentarios.
Si duermes bien, y te sientes descansado a lo largo del día, estarás más activo para realizar ejercicios o romper tu rutina saliendo a dar un paseo o montando en bici, y no solo estarás gastando calorías para mantenerte en forma, si no que no comerás fuera de tu horario, a todo ello agregar que la actividad física combate el insomnio y favorece a conciliar un sueño reparador. Pero, si por falta de sueño estás cansado, seguramente te quedes en casa, y por el aburrimiento y el "gusanillo" acabarás picando alimentos que te supondrán calorías adicionales.
Dormir bien, recargar pilas por la noche, es un paso importante para conseguir una rutina saludable.
Dormir bien, recargar pilas por la noche, es un paso importante para conseguir una rutina saludable.
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